LATÓN I, ‘aleación de cobre y cinc’, del ár. lāƫûn íd., que parece ser voz procedente del Asia central, en cuyas lenguas turco-tártaras altun y variantes designan el oro y en algunas partes el cobre.

1.ª doc.: allaton, a. 852, Cartulario de San Millán; letón, h. 1250, Setenario, p. 42.1; latón, J. Ruiz, 1004a.

Se debe esta etimología a mi maestro J. J. Hess von Wyss. La publicó por primera vez su discípulo Steiger, Contr., 354-5; Festschrift Jud, p. 665; pasajes que deben verse para más detalles en la documentación romance y turca. La antigüedad del vocablo en árabe, además de los testimonios del tunecí Abenjaldún (S. XIV) y del marroquí Almacarí (S. XVII), citados por Simonet, s. v., se funda en un pasaje del lexicógrafo murciano Abensida (S. XI), quien cita el testimonio de Aben as-Sikkit, oriundo del Huzistán (entre Ispahán y Básora) y fallecido en Bagdad en 859; traduzco el texto de Abensida (MuȟáɊɊaɊ XII, 25, línea 5) según cita facilitada por el Prof. Hess: «dijo Abu Alí que un género abarca el cobre y el lāƫûn», y más abajo, línea 9, menciona juntamente el šábah (‘cobre amarillo’) y el lāƫûn. Documentada así la existencia del vocablo en el antiguo árabe de Oriente, ya no cabe dudar de que estamos ante un arabismo romance; lo confirma no sólo la calificación de «morisco» que Nebr. da todavía al latón, sino la forma con artículo árabe aglutinado allatón, que es frecuentísima en antiguos textos castellanos. Además de que allaton o allatone aparece varias veces en el citado documento de 852, tenemos esta forma en otro de Sahagún de 1025, allaton en Toro en 1050 (M. P., Oríg., p. 28) y en inventarios aragoneses de 1331, 1369, 1374 (tres veces), 1378 y 1402 (BRAE II, 553, 343, 221; IV, 215), alatón en la citada escritura de 1025 (Simonet), en inventarios aragoneses de 1362 y 1497 (BRAE III, 90, 91; II, 89), en textos literarios de los SS. XV y XVI y era todavía usual en el S. XVIII (DHist.), liatón en 1378 (BRAE IV, 215); finalmente la variante alladon que aparece también en 852 (Steiger, l. c.) y en doc. de Covarrubias de 1112 (M. P., Oríg., p. 256), y que M. P. consideraba extraña, se explica bien partiendo de una base arábiga con ƫ. Ya Schuchardt había pensado en relacionar con el turco osmanlí altyn ‘oro’, al estudiar el bereber aldun, allun ‘plomo’, ‘estaño’, ‘soldadura’, ‘hojalata’ (Roman. Lehnw. in Berb., p. 15; comp. ZRPh. XXXIV, 267), que él indicó como formas emparentadas con latón, aunque acabó por admitir que el vocablo era de origen romance, y casual la semejanza con el turco. Pero la etimología romance de latón, como derivado de lata, no sólo no satisface porque aquél no es metal que se emplee mucho en planchas o en varitas (en los citados documentos sólo se habla de lámparas, cruces, jarros, bacines, morteros, agujas, platos y pomos de espada hechos de este material), sino que está contradicha por la fecha tardía de lata en el sentido de ‘hoja de metal’ u ‘hojalata’, que en España no aparece hasta el S. XV y en Italia y Francia en el XIV. Otras formas romances son el port. latão (pero letóum en el Minho: Leite de V., Opúsc. II, 39; «as portas de madeyra fezo-as ella cobrir de b?o latom fyno et tam fermoso era que semellava ouro», Gral. Est. gall. 162.12), cat. llautó (documentado con gran frecuencia ya en la Edad Media, desde 1249: RLR IV, 251, etc.), oc. ant. latón [h. 1225], leton, loton, fr. laiton [letton, S. XIII], it. ottone (oton y latón en los glosarios alto-italianos del S. XV, Denkschr. d. Wiener Akad. XXII, 173, latonum Génova, 1403), lomb. loton, Venecia, Friul, Gardena latón, Val di Non leton, sic. ottuni, etc.; las varias formas romances parecen proceder de un doble foco de penetración: Sicilia (ahí primero lottone, por el influjo velarizante del ƫ, o «ȏiȚbaq»; después ottone con deglutinación del supuesto artículo) y Península Ibérica (latón, letón); el cat. llautó es alteración de *llató por contaminación del autóctono llauna ‘lámina de metal, hojalata’1. Para el verosímil origen turcotártaro del ár. lāƫûn, V. la citada nota de Steiger; el turco altun ‘oro’ se documenta desde el S. XI, y está esparcido no sólo por el turco de Occidente, sino por los varios dialectos tártaros y mongoles, en algunos de los cuales designa el cobre.

DERIV.

Latonero. Latonería.

1 No es probable que debamos partir de un *al-altun > llautó, como supone Steiger, pues no hay formas en alt- en árabe (el bereb. aldun se explicará por la fonética de este idioma) y el catalán no vocaliza normalmente la l en esta posición.